lunes, 29 de septiembre de 2008

Adiós Paul Newman

Butch Cassidy ayer el frío me hacía morder los huesos,

Nada paraba la sensación de la angustia,

Mientras tú, en algún hospital de New York dabas tu último adiós.

Ya nadie habrá que pueda saltar desde cascadas de balas

Ni jugarse entre cartas el soplo sagrado

Sus ojos de noche triste se van embarcados,

Caronte los espera en el remanso del río Aqueronte.

Ahí te quedas en la cama

Nada más para morir.

sábado, 13 de septiembre de 2008

martes, 2 de septiembre de 2008

Encuentro de Cuento breve, Nutte, Armando Alanís, Pepe Gómez, y el Doctor Vértigo


Pedro LuisHernández

Seattle Grace Hospital
Pedro Luis Hernández

Lo envidiable de los cirujanos
es su agolpada billetera
donde nunca les falta bisturí.

Saben lo que es ser residente
en la tierra y en el fuego.

Reflexionan sobre sus monstruos
mientras se dirigen a cardiología.

Lo envidiable de los cirujanos
es que abren cuerpos y sostienen corazones.

Se esconden en los pasillos
para ser infieles sin engañar a nadie,
para dejar correr a los augurios que también,
ocultos en las sombras, se despabilan.

Lo envidiable de los cirujanos
es que están atentos a cada tejido,
tienen miradas de águila real,
amor blanco y ciego,
como si en verdad la textura
de un moribundo fuese lo más importante.

Al llegar a casa se desparraman en sus lujos
y siguen pensando en las texturas del paciente en turno,
en la canción elegida para cerrar el capitulo.

Poesía de tabasqueños

Malasangre
Lorenzo Morales
De Pronósticos del Tiempo

Es la ciudad un barco de insomnicas molduras
Va
No viene
Insondable como es en lo nocturno
Ninguna luz en él parece detenerse
Toda voz en él precisa melódicas ventiscas
Puntual el canto animal de los secretos profundos
Llueve
Y este barco atraviesa el tiempo estimado de su arribo

Imposible virarlo a contravoz
Ni aún con las idílicas máquinas de propulsión del llanto
El vértigo ocular de lo salino
Quien albergará entonces
esta directriz de afanes iracundos
Dónde esa brújula
Esa palabra encontrada como una mano extraviada en los trasfondos
Dónde más un lugar de amparo
Un nombre de mujer de calle y casa
en este hospicio abierto al filo de la transparencia
donde la flamígera tormenta interior
donde el silencio ronda como los tiburones rondan su frágil cautiverio
Dónde San Juan y los bautismos
esta fugaz fe en el aire y el tornazul brillante de las cosas
los vientres de arena
Cuánto mas los acuáticos vocablos
Cuánto mas este cuerpo flotando sin fin de vidrios sus amarras
su trayecto esparcido en la noche como el lugar de un crimen
Cuánto más para avistar la tierra
Esa sabana de tierra firme
de donde tomarán la tela
para vestir a los muertos
que ya nadie
reconoce.

Powered By Blogger