Butch Cassidy ayer el frío me hacía morder los huesos,
Nada paraba la sensación de la angustia,
Mientras tú, en algún hospital de New York dabas tu último adiós.
Ya nadie habrá que pueda saltar desde cascadas de balas
Ni jugarse entre cartas el soplo sagrado
Sus ojos de noche triste se van embarcados,
Caronte los espera en el remanso del río Aqueronte.
Ahí te quedas en la cama
Nada más para morir.
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