Sería inútil no decir que por la noche
una sexoservidora amaga a sus compañeras con una pistola,
olvidar lo inservible de unos condones
guardados en una bolsa de la maleta,
la falta de internet en Zamora
y de sazón de la cocinera,
de que Pachón se bebió el mezcal
y Herrera con su sombrero calado al estilo Bogart
pide otra cerveza y cae la noche,
y allá afuera tal vez una sexoservidora toma una pistola
que guarda celosamente bajo su almohada
para amagar a sus compañeras.
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