sábado, 6 de diciembre de 2008

Los caminos de la derrota no son como yo pensaba

Carlos F. Ortiz

El fracaso es una forma de revelación, el perdedor es un venturero inconforme que busca de laguna manera ganar algo, sigue su impulso, lo que le fue negado, tiene deseo de llegar a un lugar imposible, sin importarle el precio, sin importar que se pueda destruir así mismo, empero a intentado llegar más alto, intenta tocar la gloria, sus sueños, y desde ahí esperar el tan ansiado derrumbe, la caída. El perdedor desde este punto de vista es un marginal, y prefiere esa vida que pertenecer al grupo de seres conformistas. El perdedor se mueve por calles llenas de melancolía, es un melancólico, no es feliz, es trágico, es una persona profunda, con sus tribulaciones.
En Alguien tiene que perder, nos encontramos con dos relatos largos, donde la derrota es una constante, en el primer texto La senda de David, cada uno de los personajes se encuentra condenado al fracaso, desde el escritor irredento, hasta el periodistas con deseos de escritor, nadie se salva todos están condenados. Gándara nos cuenta la historia de un hombre común, un ingeniero industrial, quien después de leer el Quijote decide darle un giro a su gris vida y convertirse en escritor, en la búsqueda de una mejor vida llena de lujos y riquezas. El personaje decide cambiarse el nombre por uno de escritor, David Reynoso, Ícaro que sucumbe en sus pretensiones por querer alcanzar algo más de lo que puede y caerá derrotado en su intento.
Novelita circular que nos lleva por el mundo de un hombre que tiene el deseo de ser un escritor famoso y reconocido, una mujer, la esposa, que anhela que su marido alcance la fama, para poder pagar la colegiatura de sus hijas, y vivir más holgadamente, el de un joven académico que pretende ser escritor, un grupo de intelectuales que manejan la mafia cultural de Monterrey, un escritor que se dedica a dar talleres con la firme idea de que escribir no sirve para nada, una novela mediocre que por los azares de la vida y la censura llega a ser un bet seller, el triunfo que esconde detrás de si lo más oscuro de cada ser humano. El triunfo que es una forma de la derrota, del fracaso, una manera de perderlo todo.
Desde la sencillez de su narración, hasta la brevedad, novela contada, narrada con una fluidez sin falsas pretensiones decorativas, con una claridad que incita al escritor. César Gándara nos guía por los derroteros de un pretenciosos escritor, que intenta alcanzar el triunfo, la felicidad, sin darse cuenta que eso mismo que busca lo orilla hacía el otro extremo, el lado trágico del mundo, el lado oscuro. Al final de la novela David Reynoso, en un como diario, donde va escribiendo pequeñas anotaciones para ser un buen escritor, y el mismo Gándara (el escritor) nos revela lo que podríamos llamar El manual del oficio del escritor, o Apuntes para ser un buen escritor, cito:
Para escribir hay que hacerlo sobre temas que uno conozca, domine, ya que nadie puede hablar de mundos que desconoce…
La escritura también es un grito de auxilio, es una pregunta es…
En literatura el amor es el principio que lo mueve todo. El amor es el motor que impulsa…
La senda de David es una novela de la derrota, pero también es una novela sobre como ser un escritor, es una novela que nos cuenta sobre la novela y sobre el mundo de los novelistas, es una historia llena e humor, es una tragedia de un hombre, es algo que sucedió en un lugar de la mancha urbana.
Por su parte en Como pez en el agua, César Gándara nos descubre un mundo lleno de aflicciones, la vida de inmigrantes, que buscan un mejor futuro, son también una suerte de fracasados, de Featones conduciendo carrozas de fuego. Desde una narrativa fragmentaria descubrimos la mirada de varios inmigrantes, que le van dando unidad a la novela. Eusebio, un regordete venezolano, que busca que su jefe le arregle sus papeles para poder trabajar, Jimena, que a pesar de ser española se encuentra también fuera de lugar como una extranjera en su propia tierra, desposeída del amor, Chico un mexicano sin muchas pretensiones más que la aventura que tiene que escapar también de Barcelona al compromiso, un árabe Ahmed y su sórdida historia de delincuencia en el mundo del contrabando. Cada uno de los personajes a pesar de que buscan un mejor modo vida se descubren sin más caminos que la soledad, el fracaso, la violencia, son seres indeseado, mal vistos, delincuentes, y son tratados como tal. Al final nos demuestra Gándara que alguien en esta vida siempre tiene que perder. Pero dentro de estos dos mundos narrativos llenos de de amarguras César Gándara nos puede sacar una leve sonrisa, y nos acerca a los personajes de sus novelas, nos conduce por los pequeños triunfos, el amor, el odio, y la inevitable derrota.
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