miércoles, 24 de junio de 2009

decires

Podría decir que una sexoservidora amaga a sus compañeras con una pistola. Que la ausencia no es una moneda en el bolsillo, que es más fácil encontrar un unicornio que un ciber en Zamora. Decir se pueden muchas cosas, muñecas rotas en el río, un baile de quebradita por las nubes, la falta de damas de la caridad que brindan su asiento a los púberes y hermosos, un tanto malditos bebedores de mezcal.
Lo único cierto es que ayer una sexo servidora amagó a sus compañeras con una pistola y es lo único que puedo repetir hoy.

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