domingo, 22 de noviembre de 2009

EL SOBRE

Carlos F. Ortiz

Al abrir la puerta encontré un sobre en el suelo, no traía remitente sólo la dirección y mi nombre en mayúsculas, con una letra meticulosamente bien trazada. Adentro había una hoja en blanco doblada en cuatro. Desconcertado guardé la hoja entre las páginas del libro que me encontraba leyendo, sin darle mayor importancia.
A los tres días una curiosidad repentina, me obligó a darle un vistazo a la hoja, me sorprendió encontrar sobre ella un montón de letras en completo caos. Con una rapidez insospechada la metí dentro del sobre y entre las páginas del libro.
Un mes después, sentí de nuevo esa extraña curiosidad por ver la hoja, así que la busqué en el libro con una sensación de nervios que hacía que me sudaran las manos. Al contemplarla sentí temor, ya que las letras que antes se encontraban caóticas ahora estaban entrelazadas formando palabras y oraciones, al leerlas descubrí mi esquela, fechada en este día, mes y año.

1 comentario:

Carlos Alfonso dijo...

Y desde entonces vive atrapado sin salida entre un torrente de letras sin sentido, en espera de que alguien mas lea su esquela para poder descansar en paz...
Por eso nunca abras un sobre con tu nombre si no estas dispuesto a afrontar hasta la ultima de sus consecuencias, ja ja ja!

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